sábado, 22 de febrero de 2014

Maestra yoga itinerante en www.samyamayoga.es

SAMYAMA yoga


Posted: 15 Feb 2014 03:19 AM PST
     Según el ayurveda existen tres tipos o doshas  que regulan (o desequilibran) nuestro cuerpo. Estas cualidades son difíciles de comprender y definir si nuestro patrón sobre el cuerpo se basa en lo tangible, pues aluden a las energías sútiles de la naturaleza (aunque no solamente) que regulan los humores del cuerpo-mente.


En lo que aquí quiero comentar bastará con que nos centremos en la cualidad denominada kapha, que es la que se ve más arriesgada en invierno (puesto que es la que domina la estación). Este tipo está regulado por el agua y la tierra. Las cualidades húmedas, densas, oscuras y frías del invierno tienden a desestabilizar a kapha.

Para ello se recomienda, sobre todo si este elemento ya es habitualmente predominante en nosotros, una actividad que eluda el sedentarismo, una conciencia que permita detectar los asomos de depresión o desánimo, actividad física intensa y evitar alimentos procesados y azucares, entre otros.

      En la cuestión emocional y mental, y aquí es donde quería llegar yo,durante la estación invernal es imprescindible traer a nuestra atención las manifestaciones de apego y aversión. En realidad ambos estados son el mismo, pero invertido. 

      En yoga existe un término denominado klesha que se refiere a los obstáculos para la realización y la libertad. Se nombran cinco kleshas pero en realidad el origen de todos ellos es el miedo a la muerte. Si le damos la vuelta: el apego a la vida. Si continuamos: el apego a las cosas mundanas, a las personas, a las ideas, a las experiencias,...

El desapego no es un cualidad fría y calculadora que hace al que lo promueve un ser aislado o egoísta.
El desapego implica que no atribuyo a ningún objeto, persona o experiencia la fuente de mi felicidad ¡liberando así al mundo de mis exigencias!

Así, reconozco que la fuente de mi dicha es la libertad para encontrar la felicidad y la paz en cualquier circunstancia, sin sufrirla ni juzgarla. Significa salir del papel de juez y de víctima, sin nombrar ni nombrarnos. Implica vivir en la experiencia de lo que es y existe en vez de en la memoria de lo que fue o el deseo de lo que será.

      Yo, en general, tengo mis apegos. En particular también. También tengo algunas aversiones. 
Lo fascinante es cuando algo me produce apego y aversión a la vez (¡especialmente con algunos seres muy queridos!).

Con el tiempo, sin embargo, ambos se han suavizado. Ahora cuando siento un apego, intento no sentir aversión por él... Y no apegarme a las aversiones... Yo, a esto, le llamo ecuanimidad.

Fórmula para cultivarla.... lameditación
No hay receta sin gluten ni azúcar que pueda sustituir a unos buenos 10 minutos sentados en silencio, sin apego. 

¿Para qué sirve? Para quitar el superglue que nos une a la mente, y volar libres en el  espacio infinito de la imaginación sin prejuicios, haciendo casitas en el aire y nubes en la tierra.


Bye bye....

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