viernes, 3 de febrero de 2012

¿Quién teme al lobo feroz...? Cuando hace unos años nos hiperhipotecamos

Las webs y empresas que comercian con la vivienda requisada han crecido como hongos

Publicado en Agora 15

La pérdida de la vivienda habitual es una de las consecuencias más graves y dramáticas de la crisis, pues están acercando a miles de familias a la vida en la calle, y desde luego a la desesperación. Según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se han producido 313.826 ejecuciones hipotecarias desde el año 2007 hasta el segundo trimestre del ejercicio que terminó el 31 de diciembre pasado.
Esta crisis está haciendo más ricos a los ricos y está empobreciendo a capas enteras de las clases medias de nuestro país, así como ampliando el umbral de pobreza. A lo que las instituciones del estado no ofrecen ninguna solución; es más, mantienen una vergonzosa complacencia con lo que está sucediendo, incluso en muchos casos son ellas (el IVIMA de Madrid, por ejemplo ha practicado el deporte del desahucio) las que protagonizan las acciones.
Una de las oportunidades que encuentran los ricos para ser más ricos la encontramos en webs y empresas especializadas en la comercialización de los inmuebles requisados por los bancos y cajas, y que han proliferando en los últimos tiempos. Un negocio dirigido al particular interesado en conseguir “una ganga”.
El objetivo está claro: dar salida al enorme stock de viviendas que acumulan las entidades financieras. La denuncia llega desde las propias familias afectadas y desde los colectivos y personas que luchan para combatir el desahucio por impago hipotecario.
En www.pisosembargados.com se ofertan pisos de toda España, se publicitan más de 25.000 inmuebles que han pasado a manos de unas 25 entidades, evidentemente la mayoría de estas viviendas proceden de particulares que no pudieron hacer frente a las cuotas de la hipoteca, y los descuentos pueden llegar al 60% del precio inicial. Según Fernando Acuña, socio director de la empresa y ex directivo de Deutsche Bank en declaraciones recogidas por Raquel Quelart en La Vanguardia, señala que los pisos embargados es “el producto que más se vende” hoy en el sector inmobiliario y apunta que “los que tienen más problemas son los promotores, que compiten con los bancos, los cuales disponen de promociones enteras sin vender y dan financiación al 100% del valor de tasación“. El hecho es que desde el inicio de la ola de desahucios las entidades financieras empezaron a organizar sus propias estructuras inmobiliarias.
Acuña trabaja en la colocación de “paquetes de pisos” a fondos de inversión de Reino Unido y Estados Unidos. “Ahora mismo lo importante es comprar rápido y vender rápido, porque estamos en un mercado bajista”, comenta. En este sentido, la estrategia consistiría en comprar por volumen, ya que de esta manera se consiguen mejores descuentos, y vender un poco más caro.  De todos modos, la empresa ha conseguido este año pocas transacciones de este tipo.
Al principio la mayoría de pisos embargados eran de poca calidad, ya que procedían de clases más humildes, que fueron las más perjudicadas al inicio de la crisis. En la actualidad, según Acuña, “el producto es muy interesante”, ya que también hay vivienda procedente de constructores y particulares de clase media.
Ada Colau, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), organización que desarrolla una valiosísima actuación bautiza como “pisos manchados de sangre” las gangas inmobiliarias en las que convierten los embargos. Denuncia igualmente que los “fondos de inversión internacionales” compren paquetes enteros a “precio de saldo” porque “el problema es que se compren como inversión a largo plazo y que, como el inversor no vive aquí, lo tenga vacío y se despreocupe de su estado”.
Raquel Quelart, en el artículo citado, recoge declaraciones del secretario general de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE) en el sentido de que esta situación se ve “favorecida” porque “no hay control ni legislación adecuada” en relación a la especulación de la vivienda. “Esto fomenta un negocio que nos ha llevado a la desgracia”. Considera que “si la ley fuera diferente, habría menos embargos y una bolsa de vivienda pública”. Otra queja de ADICAE se centra en el hecho de que los bancos y cajas sólo financien al 100% los pisos de su bolsa de vivienda y que el crédito no fluya igual para todos los consumidores. Aparte de esto, la asociación promueve en la actualidad una moratoria hipotecaria de dos años para aquellas familias que tienen dificultades para pagar su hipoteca, “una segunda oportunidad de recuperarse y poder vivir en su piso”.
En definitiva, como dice la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), las personas hipotecadas son víctimas de “un fraude hipotecario generalizado y de unas cláusulas contractuales abusivas”. Y es que fueron los bancos los que otorgaron hipotecas a sujetos no merecedores de crédito, con ingresos bajos. Inflaron la tasación de la vivienda, aumentando la deuda contraída. Y además, continúa la Plataforma: “comisiones abusivas; contratación obligada de seguros caros e inútiles; intereses variables referenciados al euríbor más unos diferenciales desorbitados; información sesgada, cuando no engañosa, sobre posibles aumentos de la hipoteca, etc. Todo ello con una finalidad inequívoca: optimizar beneficios y sortear los controles de riesgo que todo sistema crediticio razonable debería tener”.
Lo peor es que todo eso representa hoy, y sobre todo mañana, carne de miseria.

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