21 de diciembre de 2012
CAMPAÑA NAVIDAD SOSTENIBLE
COME SANO, RICO Y TRADICIONAL
Ecologistas en Acción propone recuperar platos de siempre y
alimentos locales en lugar de productos de gran impacto social y
ambiental
Las fiestas de Nochebuena y Año Nuevo son un momento importante
desde el punto de vista gastronómico en la cultura mediterránea,
el calendario campesino las marcaba como el momento de comer
alimentos cosechados meses antes. Unas costumbres que se han ido
perdiendo a medida que se introducían productos industriales de
baja calidad y comidas exóticas con un gran impacto ambiental y
social. Ecologistas en Acción propone recuperar tradiciones para
comer más rico, sano y sostenible estas navidades.
Las navidades se definían culturalmente como las fechas límite
para que algunos productos vegetales aguantaran en las bodegas
tras ser cosechados. Así, los campesinos mediterráneos
desarrollaron numerosas variedades en función de su capacidad de
soportar ese almacenamiento tradicional. Por eso a algunas
variedades se les llama localmente “uva de Navidad”, “melón
de Navidad”, “cardo de Navidad”.
Sin embargo, estas variedades en muchos casos no son las que
consumimos en Navidad. Así, los melones y uvas que hoy llegan a
nuestros platos han pasado meses en cámaras de frío, perdiendo sus
cualidades, o provienen de lugares lejanos, como Sudamérica en el
caso de una gran parte de las uvas que comemos en Nochevieja.
Se han introducido además nuevas modas que no resultan
sostenibles. Por ejemplo los frutos tropicales como el coco o
la piña, que no se producen en nuestro territorio y tienen
un enorme impacto ambiental y social. Esos productos tropicales
han debido ser cosechados en verde y transportados miles de
kilómetros en potentes cámaras de frío. Su calidad nunca será la
óptima y además requieren un gasto muy importante de energía: la
cadena de frío y transporte internacional para el comercio de
alimentos es responsable de entre un 5 y un 7% de las emisiones
globales de gases de efectos invernadero.
Además, muchas de las mejores tierras de los países de origen se
destinan a estos productos de lujo que consumimos en las fechas
navideñas sin pensar que por ello cientos de miles de familias
campesinas han debido desplazarse a otras tierras menos fértiles.
Un fenómeno que viene asociado a migraciones y hambrunas masivas
que contemplamos en los telediarios.
Las fechas navideñas son, a su vez, un momento de excesos de todo
tipo. Y uno de los más importantes es en cuanto a la ingesta de
carne. Aves, cerdos y vacuno procedente de ganadería
industrial son cebados con alimentos similares a los granos que
consumimos los humanos. La producción de piensos entra de nuevo en
competencia con la alimentación humana. Los piensos, además,
suelen estar basados en soja importada y cultivada con agrotóxicos
muy agresivos. Cerca del 90% de esta soja es transgénica, causante
de la deforestación masiva en el Amazonas y otros lugares por su
producción industrial.
Por ello, es importante reducir el consumo de carne en Navidades,
y en todo caso buscar carne de rumiantes que pueden aprovechar la
hierba y no compiten con la alimentación humana: ternera,
cabritos y corderos. Pero debemos buscar carne de animales
que han vivido, siquiera parte de su vida, al aire libre; y que
por lo tanto han aprovechado los pastos de nuestras rastrojeras,
sierras y dehesas. La ganadería extensiva no solo protege nuestro
paisaje, sino que fija población en el medio rural y mantiene
importantes tradiciones. Para asegurar su calidad y respeto por el
medio ambiente es importante fijarse en menciones de calidad como
denominaciones de origen o indicaciones geográficas protegidas.
La Navidad es una muy buena ocasión para degustar excelentes
platos vegetales tradicionales, basados en productos locales y de
temporada que siempre tendrán una mayor calidad nutricional y
mejor sabor que los alimentos importados o congelados. Por ejemplo
El “cardo de navidad”; la lombarda con pasas o manzana; o la
ensalada de escarola con granada. También es un buen momento
para degustar nuestras deliciosas hortalizas de invierno, como los
puerros, coliflores, repollos, etc.; o las frutas de
invierno como los cítricos, el caqui o los aguacates y uvas de
moscatel de nuestra costa tropical -Málaga, Granada y
Almería. ¡Y mucho mejor si son de cultivo ecológico!
Consumiendo más vegetales podremos escaparnos de los dolores de
estómago navideños, y de la pesadez de las conversaciones con la
barriga rebosante. Consumiendo alimentos locales y de temporada
comeremos alimentos mucho más ricos, y tendremos unas Navidades
más sostenibles ecológicamente y más justas socialmente.
Más información: Daniel López, 665847138
Cuadernillo “Agroecología para enfriar el planeta”, p. 27:
http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/cuaderno_agroecologia_enfriar_planeta.pdf
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