CARTA
ABIERTA a los GOBIERNOS NACIONALES con motivo del 21 de septiembre,
Día Internacional de Lucha contra el Monocultivo de Árboles
La humanidad se enfrenta a una crisis
ambiental, económica y climática que amenaza su supervivencia. La
destrucción de ecosistemas pone en peligro no sólo a las comunidades
que dependen directamente de ellos sino también al planeta entero. Los
centros de poder no han cuestionado el modelo de producción y de consumo
del que son responsables. En cambio, promueven falsas soluciones que
permiten seguir acumulando riquezas a quienes crearon la crisis,
mientras la mayoría de la población del mundo ve deteriorarse su nivel
de vida.
Hoy somos testigos de la confluencia de dos
procesos: la incorporación de nuevos aspectos de la vida a la economía
de mercado, y la financierización de la propia economía, que incluye la
especulación sobre nuevos productos “verdes”.
Las sociedades capitalistas siempre se han
apropiado de la naturaleza humana y no humana. Hoy, toda una serie de
productos radicalmente nuevos están siendo desarrollados para la venta:
el carbono, la biodiversidad, el agua, etc. Al mismo tiempo, los
mercados financieros especulativos han obtenido cada vez más poder sobre
el resto de la economía y de la vida, en respuesta a la crisis
capitalista que comenzó en los años 1970. Hace su entrada la Economía
Verde, respaldada por las Naciones Unidas y racionalizada por el
argumento de que sólo fijando un precio a la naturaleza se puede lograr
conservarla. Los llamados “servicios ecosistémicos”, presentados como
productos frescos para el comercio y la especulación, son los
encargados de salvar una economía que permanece centrada en el saqueo y
la explotación.
Para los actores que se enriquecen con la
financierización de la naturaleza – bancos, fondos de inversión, fondos
de pensiones, compañías transnacionales – la Economía Verde no
representa más que nuevas oportunidades de negocios. Actuando en tándem
con las grandes organizaciones conservacionistas, se apropian de
procesos de la ONU como las Convenciones sobre el Cambio Climático y
sobre la Biodiversidad, y las usan para legitimar sus acciones.
La preservación de la naturaleza se convierte
en un negocio, y restringe el acceso de las comunidades locales a zonas
y bienes esenciales para su supervivencia. Los proyectos REDD y
proto-REDD son un claro ejemplo de esto, como se subrayó en las
reuniones de los pueblos durante la reciente Cumbre de la Tierra Río+20.
En muchos casos, quienes especulan con el
“negocio de la naturaleza” son los mismos que se enriquecen
destruyéndola. Mientras el capital financiero explora los “servicios
ecosistémicos”, también continúa expandiendo sus intereses en
actividades destructivas. Por ejemplo, es cada vez más común que los
fondos de pensiones o de inversión de los países del Norte especulen e
inviertan en grandes plantaciones industriales de árboles en los países
del Sur. Los impactos negativos que esto tiene sobre los ecosistemas,
la biodiversidad, las fuentes de agua y los medios de supervivencia de
las comunidades locales han sido ampliamente demostrados.
Éste es un llamado a unir nuestras luchas para
exigir que los gobiernos comiencen a desmantelar la especulación y la
mercantilización de la vida, para contribuir a proteger los paisajes y
los medios de subsistencia contra la destrucción y la desigualdad que
se ven exacerbadas por la financierización.
Es por eso que, en el marco del 21 de
septiembre, Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de
Árboles, y en vísperas de la Undécima Reunión de la Conferencia de las
Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica, que se celebrará en
la India del 1º al 19 de octubre, lanzamos esta carta abierta para
exigir a nuestros gobiernos que detengan la expansión de las
plantaciones de árboles en nuestros territorios y que adopten en el
Convenio una posición firme contra la financierización creciente de la
naturaleza.
¡Lo que los pueblos indígenas llaman “lo sagrado” no puede tener un precio, y debe ser defendido!
Para firmar esta carta, sírvase enviar un mensaje a letter-21-09-2012@wrm.org.uy, especificando su nombre, organización y país.
También puede firmar a través de este formulario en línea
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
Maldonado 1858
11200 Montevideo - Uruguay
tel: 598 2 413 2989 / fax: 598 2 410 0985
wrm@wrm.org.uy
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