viernes, 16 de septiembre de 2011

Textos difusores: el arte de comer con cariño

Hola mundo!

Cansada de los sabores insulsos y de los excesos químicos de la vida en general, abrumada por la industrialización de los sabores y el olvido impuesto hacia lo natural, superada por el plástico y los kebabs, he comenzado a consumir productos ecológicos a través de una iniciativa muy bonita que ha comenzado un amigo. Él (Óscar, a partir de ahora) contacta directamente con los productores -siempre ecológicos, no lo olvidemos- y va a visitarles los domingos, día del señor para todo aquel que no sea judío y día de la compra para los amantes del consumismo atroz, de los especialistas en cañitas rastreras y de los amantes del campo. El caso de Óscar es el último de los tres. Él va los domingos a los pueblos donde están los productores y les compra directamente. Lo hace porque ya les conoce, porque tienen certificado de producto ecológico y sobre todo porque ha testado todos y cada uno de los productos. Diremos a favor de Óscar que tiene buen paladar y mejor corazón. Y una habilidad en la cocina fuera de lo común. Por eso sólo compra lo que él mismo consume o ha consumido (a excepción de la copa menstrual, que por exigencias de su tan bien llevado rol masculino cede la probatura a su novia, de la que se fía como si fuera él mismo.) 

Óscar vuelve contento y feliz los domingos por la tarde después de haber intercambiado panes, palabras, pecunio y vino con los productores y tras haber visto crecer a esas hortalizas como a hijas se las lleva en coche hasta madrid. En su casa, sita en un bello barrio popular de iniciativas responsables, se despide entre abrazos y algún que otro consejo paternal de sus hortalizas y organiza la compra según los pedidos que recibió durante la semana. El martes es el día más esperado en algunas casas de Madrid, el martes es cuando Óscar reparte las compras por las casas que apostaron por esta otra forma de vida: lo tradicional que de golpe se vuelve alternativo y posmoderno. 

Así que del huerto a tu mesa en un pis pas. Y mmmmmmmmmmmm... delicioso!!!!!! Yo ya compré verduras y panela, panecito rico y arroz. Es algo más caro que en el pakistaní, está claro, un poco más caro que en el mercadona, pero sólo en el instante mismo de pagar porque a la larga merece la pena. Y como él es muy majo y adolece de ausencia de lucro pues ajusta mucho los precios y le devuelve al comercio ese lado honesto y humano del que partió. Mucho más barato que en tiendas ecológicas y te lo lleva a casa!!!!! (es que eso me parece la caña). Aconsejo por tanto que le echéis un ojo a los precios. 

Reparte por todo Madrid, ayer me trajo a mí el pedido y estuvimos hablando un rato del negocio y de la vida. Por eso os escribo, porque como acaba de empezar y me parece una iniciativa deliciosa y muy bella, pues la comparto por si a alguien más le puede interesar. O a alguien de vuestras extensas redes de amigos responsables. Así, todos contentos.


Os dejo su mail (leed hasta el final que abajo hay una propuesta más ajustada de precio, lo que él llama PROPUESTA ANTE LA CRISIS) y la hoja de pedido porque va junto. Si alguien de mis alrededores (los que sois ya lo sabéis) os apetece podríamos compartir pedido juntos, así no compramos tanta cantidad por persona y Óscar hace sólo un viaje (eso es menos gasto de gasolina) y con la excusa del reparto nos llevamos cañas y palabras ricas de regalo. 


Un besito a todos y gracias por la escucha!


La.

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